La articulación temporomandibular o ATM es la articulación formada entre la mandíbula y el hueso temporal del cráneo. Además, debes saber que es una articulación muy importante para nosotros ya que interviene en funciones tan básicas como la respiración, fonación, masticación y deglución. Si quieres saberlo todo acerca de esta articulación te recomiendo que sigas leyendo.

Generalidades de la articulación temporomandibular

Como he adelantado anteriormente, la ATM es la articulación compuesta por el cóndilo mandibular y el cóndilo del hueso temporal. Podemos localizarla justo delante de la oreja. Por lo tanto, existen dos articulaciones temporomandibulares: una a la derecha y otra a la izquierda.  Además, ambas tienen que actuar necesariamente de manera conjunta, es decir, no es posible el movimiento de una de ellas sin el de la otra.

La posición de la articulación, tanto en reposo como durante su actividad, va a depender:

Anatomía de la ATM

Conocer la anatomía es imprescindible para entender por qué aparece una patología concreta. En relación a la ATM, es muy frecuente encontrar en las consultas de fisioterapia pacientes que acuden con un trastorno de la articulación temporomandibular.

Por lo tanto, en esta sección voy a hablarte de la anatomía de esta articulación, pero tranquilo, no voy a utilizar muchos tecnicismos. A continuación, vamos a ver qué superficies articulares forman la articulación, cómo es la cápsula articular que la envuelve, qué músculos se insertan en ella, qué ligamentos refuerzan la articulación temporomandibular y muchas cosas más. ¿List@? Pues comenzamos.

Superficies articulares

En primer lugar, las partes óseas que conforman la articulación temporomandibular son la mandíbula (por medio del cóndilo mandibular) y el hueso temporal (a través de la cavidad glenoidea y su cóndilo). Sin embargo, esto no es todo, la ATM tiene la peculiaridad de contar con la presencia de un disco articular entre ambas superficies articulares. De este modo, se consigue una mayor congruencia articular entre ambos huesos.

El cóndilo es la parte más superior de la rama vertical de la mandíbula. Esta superficie articular tiene una forma convexa casi en su totalidad y está dividida por una cresta transversal. De esta forma, esta cresta de la que hablamos divide a la superficie articular en dos:

• Una parte anterior que está recubierta por fibrocartílago de 2mm de espesor. Esta es la verdadera parte articular.
• Otra parte posterior, que es más pequeña, recubierta de tejido fibroso sin vascularización y sin cartílago.

Sin embargo, esta morfología que acabo de describir va cambiando con el paso de los años, al igual que ocurre en el resto de articulaciones de nuestro cuerpo.

Por otra parte, la superficie articular del hueso temporal tiene forma de «S» itálica tumbada. De esta forma, la parte más anterior está formada por el cóndilo temporal, mientras que posteriormente encontramos la cavidad glenoidea la cual recibe al cóndilo de la mandíbula, descrito anteriormente.

Como el resto, esta articulación sufre modificaciones con la edad pero también con la pérdida de piezas dentales, produciéndose un aplanamiento de la misma.

Finalmente, cabe destacar que tanto el cóndilo temporal como la cavidad glenoidea se encuentran revestidos de un fibrocartílago de 0.5 mm de espesor.

Por último, entre ambas superficies articulares encontramos la presencia de un disco o menisco articular cuyo objetivo es aumentar la congruencia de la articulación.

Esta estructura tiene un espesor de 1-2 mm en el centro y 3-4 mm en la periferia, siendo la parte posterior la más gruesa. Además, el disco articular está sujeto a la cápsula, propiciando un espacio suprameniscal y otro inframeniscal.

Sin embargo, el hecho de que esté fijado a la cápsula articular no quiere decir que sea inmóvil. Todo lo contrario, el disco articular acompaña al cóndilo mandibular en sus movimientos.

Cápsula articular

La cápsula articular recubre casi toda la articulación temporomandibular excepto la parte por donde penetran las fibras del músculo pterigoideo externo, las cuales se insertan en el disco articular. Esta es, por lo tanto, la parte más inestable y la zona por donde el disco puede luxarse con mayor facilidad.

Sistema sinovial de la articulación temporomandibular

Es importante conocer que la articulación temporomandibular es una articulación sinovial, es decir, que la cápsula articular contiene líquido sinovial. Pero, ¿cuál es la función del líquido sinovial? Sencillo. La función de este líquido es nutrir y lubricar las superficies articulares (las cuales no tienen vascularización) para disminuir el roce producido por el movimiento entre ambas superficies.

Ligamentos de la articulación temporomandibular

Por otra parte, hay que destacar que todo el complejo articular está reforzado por una serie de ligamentos:

Músculos de la ATM

Esta es quizás la parte más conocida por todos aquellos pacientes que sufren un trastorno temporomandibular, ya que uno de los primeros síntomas en aparecer suele ser  el aumento de la tensión de los músculos masticatorios.

El músculo masetero es el músculo más superficial de los músculos masticatorios. De hecho, al apretar los dientes podemos palparlo fácilmente si colocamos los dedos sobre la mandíbula. Además, es el músculo más potente de este grupo por lo que es muy frecuente encontrarlo espasmado en los pacientes con trastorno temporomandibular.

Por otra parte, este músculo tiene una forma rectangular y se compone de dos fascículos de fibras musculares:

• Fascículo superficial: Desciende oblicuamente desde el hueso malar hasta el ángulo de la mandíbula.
• Fascículo profundo: Desciende verticalmente desde el arco cigomático hasta la cara externa de la rama vertical de la mandíbula.

El músculo temporal es un músculo grande con forma de abanico, el cual se extiende desde la fosa temporal hasta la apófisis coronoides y borde anterior de la rama ascendente. Este músculo se compone por tres grupos de fibras musculares diferentes:

• Fibras anteriores, que tienen un trayecto completamente vertical.
• Fibras medias, que tienen un trayecto oblicuo y descendente de atrás hacia delante.
• Fibras posteriores, que tienen un trayecto casi horizontal.

La contracción normal del músculo posiciona los contactos de los dientes superiores en relación a los inferiores. De esta forma, cuando hay un espasmo de las fibras anteriores o posteriores puede haber síntomas de maloclusión debido al desequilibrio muscular. Además, el espasmo del haz posterior produce una limitación de la apertura de la boca.

Es un músculo de forma rectangular que se ubica en la fosa pterigomaxilar (junto con el pterigoideo externo). El pterigoideo interno se origina en la cara lateral de la apófisis pterigoides y se inserta en la cara interna de la rama ascendente, a la altura del ángulo mandibular.

El músculo pterigoideo externo es un músculo corto que ocupa el techo de la fosa pterigo-maxilar. Este músculo presenta dos fascículos:

• Fascículo superior, que se inserta en la cara inferior del ala mayor del esfenoides.
• Fascículo inferior, que se inserta en la parte superior del ala externa de la apófisis pterigoides.

Estos dos fascículos se unen y se dirigen hacia atrás para insertarse sobre la cápsula y disco articular de la ATM.

Inervación de la ATM

La inervación de la articulación temporomandibular está proporcionada por el nervio trigémino (V par craneal), el cual inerva la región tanto de forma sensitiva como motora. La inervación motora de los músculos masticadores mencionados anteriormente es proporcionada por la rama mandibular del nervio trigémino (V3).

Biomecánica de la articulación temporomandibular

En este apartado quiero describirte la biomecánica mandibular de una forma sencilla y fácil de entender, es decir, cómo funciona la articulación. Para ello, vamos a describir paso a paso lo que sucede en cada uno de los movimientos propios de la ATM. ¿Estás listo/a? ¡Empezamos!

Apertura de la boca

En primer lugar, ¿sabías que el movimiento normal de apertura de la boca suele ser de unos 40-60mm? Esta es una cifra aproximada ya que puede variar dependiendo de cada paciente.

Ahora voy a comenzar a describir qué ocurre en la articulación temporomandibular desde que tienes tus dientes en contacto hasta que consigues abrir la boca. Partiendo de la posición en la que existe contacto entre los dientes superiores e inferiores, los cóndilos mandibulares de ambos lados deben rodar y deslizarse hacia delante de manera simultánea para conseguir el movimiento de apertura. Esto será posible gracias a la contracción de:

• La musculatura hioidea.
• El vientre anterior del músculo digástrico de cada lado.
• Las fibras anteriores de los músculos pterigoideos externos.

Para entenderlo con mayor facilidad y de forma resumida, podemos dividir el movimiento de apertura de la boca en dos momentos diferentes:

• En un primer tiempo, se produce un movimiento de rotación hacia delante en el compartimento inframeniscal, es decir, entre el cóndilo mandibular y el disco articular. Este primer paso asegura unos 20-25mm de apertura pero esto no es suficiente para nosotros.
• De tal modo que, posteriormente, para obtener una mayor apertura de la boca se produce un movimiento de deslizamiento anterior de los cóndilos mandibulares. Esta traslación anterior completa el resto del movimiento hasta conseguir los 40-60mm.

Además, es importante saber que el disco interarticular va a acompañar siempre al cóndilo de la mandíbula, es decir, si el cóndilo se desplaza hacia delante el disco articular también lo hará. Esto nos será muy útil para intentar averiguar qué está ocurriendo en un paciente que tiene limitación de la apertura de la boca.

Cierre de la boca

Si hemos entendido correctamente cómo es la biomecánica del movimiento de apertura de la boca, es sencillo entender qué ocurre durante el movimiento de cierre. ¿Por qué? porque es el movimiento opuesto y por lo tanto ocurre todo lo contrario al de apertura de la boca, es decir, los cóndilos rotan y se deslizan hacia atrás.

En esta ocasión, si tomamos como referencia la posición de máxima apertura de la boca observamos que la ATM realiza lo siguiente:

• En un primer momento, se produce un movimiento de deslizamiento posterior de los cóndilos mandibulares. Este movimiento se produce en el compartimento suprameniscal, o lo que es lo mismo, entre el disco articular y la cavidad glenoidea.
• Por último, se produce un movimiento de rotación posterior en el compartimento inframeniscal, es decir, entre el cóndilo mandibular y el disco articular.

Ahora, los músculos responsables de realizar el movimiento de cierre son:

• Los músculos maseteros.
• Los músculos pterigoideo interno y pterigoideo externo, este último en contracción excéntrica.
• Las fibras posteriores del músculo temporal.

Movimientos de propulsión y retrusión mandibular

Tanto el movimiento de propulsión como el de retrusión son movimientos de deslizamiento puro. Por lo tanto, no se producen movimientos de rotación anterior o posterior en ninguno de ellos.

En el caso del movimiento de propulsión, los músculos que van a efectuar el movimiento son los músculos pterigoideos internos y externos de ambos lados. Por el contrario, los músculos que van a actuar durante el movimiento de retrusión mandibular son  el músculo temporal y el digástrico.

Diducción mandibular

La diducción es un movimiento que consiste en el desplazamiento lateral de la mandíbula. Por ejemplo, si describimos un movimiento de diducción hacia la derecha se producen los siguientes cambios:

• El cóndilo mandibular izquierdo se desliza hacia abajo y hacia delante.
• El cóndilo mandibular derecho realiza un movimiento de rotación. Debes saber que los movimientos de deslizamiento lateral puros son imposibles por los contactos óseos por lo que el cóndilo izquierdo se anterioriza pivotando sobre el derecho.
• El músculo pterigoideo externo del lado izquierdo se contrae, llevando el cóndilo hacia delante.
• Por el contrario, con el objetivo de evitar el desplazamiento del cóndilo mandibular derecho, las fibras medias y posteriores del temporal fijan el cóndilo en la cavidad glenoidea.

En resumen

Resumiendo, en este post hemos visto cómo es la anatomía de la articulación temporomandibular, qué huesos la forman, cuáles son los músculos masticatorios, cómo es la cápsula articular, de dónde procede la inervación de esta región y cuáles son los ligamentos. Además, he tratado de explicar de una manera sencilla cómo se producen los diferentes movimientos de la ATM.

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